martes, 18 de noviembre de 2008

MeDitacion.-



Decepcionada por la desdicha. Desahogada y decidida.
Desconsuelo desde el llano del horizonte, de tus lilas y mis espejos.
Desparpajo que dispara desobediencias y las ruinas.
Disgusto de luna y ciencia, desmayo colonial de mí per cápita existencia.
Solares que aúllan y desmembraban mi desolación, desperdicios de vida
Y rincones absolutos, desorientada por mis manos y la desorbita del desvarío nocturno
De mis mil soledades. La parte del delirio que suelo no comprender, despojada del peligro y los papeles que atan, sombras de los duendes que en mis canciones habitan,
Desanimada por el oxigeno y el sudor de mis huesos, canto, bailo y toco, ejerzo presión sobre el ritmo, atormentada por la incapacidad y el desvanecerme. Me desprotege la fortaleza y se desaparece el nombre con el que me llamaban.
Difamación de la piel al ras del desmorono y sepultada por el frontispicio
De aguas pasadas. Derrota, histórica reencarnación y suma.
Diferencias zonales y partituras que ningún atril sostiene, órganos, positrones y antineutrinos, la mitológica creencia de ver nada lógico ni racional, impulsos que reciclan la separación y el aliento, que corta las gotas con la fuerza del destino, idiomas que prefiero callar y vínculos que aun no contraigo.
El fuego que enciende la alianza y se sumerge en el oro que se mantiene a la flor de la piel de varios. Arizona y árida de jitanjaforas concatenadas, automatización banal y cósmica que me retiene la caída.
Desentendida, desmantelada por el resultado de mis ojos, frente al deshírio. Canalizada, descomedida, con la hora arriba, descripta, enunciativa e irrespetuosa.

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